“Poderoso caballero es don dinero, pues quien lo trae al lado es hermoso aunque sea fiero”. Lo decía Quevedo hace varios años, cuando no existían muchas cosas que hoy en día el sentir capitalista de las personas ha logrado imponer en este mundo, y precisamente así es, quien tiene dinero pareciera que tuviera una tarjeta que lo habilite a hacer lo que se le plazca.
La gente hoy en día se desvive por las cosas materiales, si fueran moralistas de seguro deben de pensar que el dinero los hace mejor persona o si fueran religiosos, que el dinero los acerca al cielo, pues la ambición y el deseo de tener mas y mas no acepta excepciones.
Hoy es un día de frío (como todos los de esta época) y estoy sentado en la rambla sur; en mi horizonte aparecen varios barcos y yo los veo marchar lentamente sobre las aguas tan inconmensurablemente hermosas y uruguayas, mientras pienso en mi país, también siento lo importante que es la paz y que quizás en otros países el mar sirva para batallas entre buques opositores, pero aquí es lo que debe de ser un paisaje para que la gente pueda contemplar y no el mapa de un territorio a atacar por un general que piensa que la guerra es el camino hacia su éxito personal.
Pero ese es solo un costado de lo que estoy mirando; a mi otro frente veo dos cosas que ganan mi atención: el hotel NH (creo que 4 estrellas) con su gran estampa y una Iglesia enrejada que es bastante antigua, en sus escaleras hay una veintena de personas que según lo que pienso están esperando para comer su única comida del día, varios de ellos viven en la zona del pastito que esta frente a la rambla, todos tienen un aspecto cancino, como si ya no estuvieran esperando que comience algo nuevo, sino esperando su fin, y eso me deja bastante triste.
Estoy pensando que el viento me esta causando un frío en mi cuerpo bastante insoportable, indicándome que ya es hora de abandonar la rambla, entonces me pongo a pensar que infierno que debe ser dormir a la intemperie con esto frío, y también en que afortunado que son las personas que pasan la noche en ese hotel de lujo, por un lado me siento muy pobre y por el otro me siento muy rico, (todo se basa en el dinero y lo que el nos permita) aunque no me olvido de los discursos de algunos gobernantes y de la popularidad que logran y solo me resta preguntarme a mi mismo ¿Dónde mierda estoy viviendo?