lunes, 21 de noviembre de 2011

HAMACAS

Gastando las salivas
Mire hacia un costado
Un momento de detención
Para contemplar la sombra.

Cambie horas por soledad
Y no pedí comprensión
Mi negación absoluta se fue
Y el fracaso de nuevo me guiño.

Escuché un ruido a lo lejos
Una hamaca se movió lento
Sentada en su rancio, ecléctica
Ni siquiera rondaba un niño.

Las horas mueren condenadas
Las hamacas se siguen moviendo
Aumentan sus tristes sonidos
Deshechan la compañía.

1 comentario:

Comerciantes de hamacas dijo...

Hermoso, nunca pares de escribir (y compartir).