Hace
relativamente poco tiempo, añadí una premisa mas a la lista
borroneada de las tantas que archivo en ese cuaderno “imaginario”,
es bastante sencilla y directa: cuando en un concierto de rock, te
tiene sin cuidado el día después, quiere decir que todo esta
marchando sobre rieles, que todo puede llegar a lo sublime y máximo.
El
día viernes y mucho antes que sonará el riff de “Bienvenido al
secadero” y así la arrolladora nave de 5 tripulantes ibéricos
sacará chispas de sus... vaya a saber cuantos motores, yo ya estaba
completamente desatendido del futuro. Era díficil no conmoverse con
tipos que se entregan al 100% en el escenario y con el agregado de
sus actitudes de humildad de bajo del escenario, imposible no
hacerlo.
Pero
retrocedamos un par de horas...
Con
el sol aún arriba del cielo montevideano, emprendí al encuentro con
esta banda que generalmente suelo prestarle atención de cerca desde
hace varios años, con ese disco maravilloso llamado “Besos de
Perro”.
Una
vez llegando a la sala ubicada en pleno barrio del Cordón, en
Fernandez Crespo con cerveza en mano para amenizar un poco, en mis
ojos se presenta la imagen de una persona de sombrero ese hombre no
era ni mas ni menos que Jose Romero alias Kutxi, el albañil
convertido en poeta del rock and roll, el peón que transformó un
sueño de chavales navarros en una contundente banda de amigos que
agotan entradas en escenarios españoles de grandes dimensiones, y
que reciben la devoción de un fanatismo sudamericano que se
acrecienta cada vez mas.
La
pluma del Kutxi en estos 15 años no ha parado de inmortalizar letras
en el repiqueteo de sus seguidores, porque bien puede escribir
cualquier compositor y lograr cierta aceptación en su público, pero
perdurar en la atemporalidad, generar dobles lecturas con el paso de
los meses en la madurez de las canciones y a su vez meterse en el
coreo de la gente ya desde la salida de un disco, no es para todos.
Sería
muy rebundante ejemplificar con letras de Marea, al incrédulo y a
todo aquel que simplemente le interese puede tomar al azar cualquiera
de sus discos y seguro que encontrará algo apreciable allí, eso sin
contar de los sentimientos que se pueden generar con esa porción de
arte comprimido en canciones-poema.
Y
el hombre allí estaba con su sombrero, su camisa negra y sus zapatos
de leñador en la vereda de La trastienda, dialogando con todos los
chicos que se acercaban a saludarlo, a pedirle una foto o un
autografo, seguramente la palabra mas escuchada allí y parafraseando
a un amigo suyo (Fernando Madina) fue el “gracias por venir”.
Al
estar cerca del Kutxi hay dos detalles que resaltan a la vista desde
el primer instante, uno es su verborragia, un tipo que le gusta
hablar, un hombre con las palabras a flor de piel, que no se corta en
decir algo, que lo disfruta haciendo con el mostrador en vena, la
otra y que también está relacionada con esto, es su alta capacidad
de ingesta alcoholica, y con eso realmente tomarse unas cervezas con
el, fue un verdadero privilegio.
Pocas
veces había visto a un músico de estas dimensiones, ir con sus
fanáticos hasta un comercio a comprar algo para tomar, incluso
invitandolos a ellos, si señores a veces la humildad es una palabra
que puede quedar por lo menos escasa, se le veía contento al poeta
que hablaba de todo, siempre con su recuerdo para el gran Camarón de
la isla, para Roberto Iniesta piedra angular del rock estatal y sobre
todo para aquellos mentores de su estimulo poético, el murciano
Miguel Hernandez y el andaluz Federico Garcia Lorca dos de los
pilares de la generación del 27. Justamente el tema de la lecturaes
una de las preocupaciones que rondan actualmente en la mente del
Kutxi, el cambio de hábito en la sociedad, en un creciente y notorio
desuso de los libros en la juventud, el poco estimulo que se le da a
ello tanto en país de acá, como de mas allá y el efecto negativo
que todo ello acarrea: montones de hombres auto-estúpidos caminando
como zombies por la calle o ni eso, encerrados en la suya.
Con
la llegada de la hora de aperturas de puertas, el Kutxi saluda a los
presentes y se va para adentro para ir calentando motores de lo que
se viene, el público va formando la fila para entrar y la tardecita
de a poco va tomando color.
Ya
dentro del escenario, sonaron los teloneros de “Milongas Extremas”
quienes rinden tributo a esa banda enorme llamada “Extremoduro”,
con clásicos como “Puta” “La vereda de la puerta de atras” o
“Jesucristo García”. Desde un costado del escenario parte del
staff de Marea, disfrutaba de las canciones en un formato desconocido
para ellos, pero los dos que al parecer mas a gusto se encontraban no
eran ni menos que Eduardo Beaumont “El piñas” y ¿quien mas
sino? Kutxi Romero que subio al escenario para ponerle voz a la
canción “Sucede” incluída en el emblemático disco “Agila”.
2 comentarios:
erizante
gran envidia me das!!! y gran crónica Emi!
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